domingo, 31 de marzo de 2024


   

  

LUNES, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2024. Lc 9,46-50.

"EL MÁS PEQUEÑO DE VOSOTROS ES EL MÁS IMPORTANTE".

 

Hablando de la rivalidad entre los discípulos, nos dice el Evangelio de hoy: "Los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante...". Jesús está a punto de emprender el viaje a Jerusalén, donde sufrirá la pasión, la muerte y resucitará al tercer día. Allí cumplirá su palabra de amarnos hasta el extremo. Mientras tanto, los discípulos discuten sobre quién de ellos es el más importante. Para Jesús el más importante es el que más y mejor sirve a los demás. Lo que Jesús hace con lo más pequeño de la humanidad, eso es lo que deben hacer sus discípulos unos con otros. La lección es la misma que dará más tarde con el gesto del lavatorio de los pies. Es decir, lamedida de la grandeza cristiana la da la práctica de la caridad fraterna. Jesús pone la humildad en la caridad, en el servicio. El discípulo de Jesús ha de abandonar el afán por sobresalir sobre los demás. La apetencia de ser más importante que los demás está muy arraigada en el corazón humano. El 'endiosamiento' nos persigue por doquier. Nunca aprendemos del todo la lección de la humildad. Es una tarea de toda la vida. Los brotes de soberbia, de ocupar los primeros puestos, aparecen con frecuencia. Señor Jesús danos el don precioso de la humildad.

  

MARTES, 1 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 9, 51-56.

"JESÚS TOMÓ LA DECISIÓN DE IR A JERUSALÉN".

 

"Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos? Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea". Con estas palabras del Evangelio de hoy, comienza el evangelista San Lucas el relato del viaje de Jesús a Jerusalén. Un relato al que le dedica diez capítulos. Esta sección del viaje a Jerusalén representa el núcleo central del evangelio según San Lucas. Con la subida a Jerusalén, Jesús inicia la última etapa  de su vida que culminará con su 'elevación' que abarca la pasión, muerte, resurrección y ascensión del Señor. El breve texto que proclamamos hoy en la Eucaristía, nos recuerda el rechazo que Jesús sufre en Samaría. Aparece reflejada aquí la viva hostilidad existente entre judíos y samaritanos. Ahora bien, Jesús quiere alejar a los suyos de todo espíritu de venganza. La sugerencia que hacen Santiago y Juan nos recuerda un acontecimiento similar de la época de Elías en el que este profeta envía fuego sobre la tierra (2Re.1,10-14). La misión de Jesús es muy distinta a la de Elías. Jesús soportará el sufrimiento, pero no lo causará. Los discípulos piensan en un mesianismo espectacular y poderoso que no retrocede ante la muerte de algunos. No han comprendido que la actitud de Jesús es siempre de misericordia y no de destrucción. Señor Jesús, concédenos la gracia de seguirte de cerca por el camino de la entrega generosa.

 

MIERCOLES, 2 DE OCTUBRE DE 2024. Mt 18, 1-5.10.

"LOS ÁNGELES DE ELLOS VEN CONTINUAMENTE EL ROSTRO DE MI PADRE"

 

Hoy hacemos memoria de los Santos Ángeles Custodios. Los discípulos preguntaron a Jesús: "¿quién será el mayor en el reino de los cielos? Entonces llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: En verdad os digo, si no os volvéis y hacéis como niños, no entraréis  en el reino de los cielos. Quien se haga pequeño como este niño, ese tal es el más grande en el reino de los cielos. Y quien reciba en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe. Tened cuidado de no despreciar a ninguno de estos pequeños, que os aseguro que los ángeles de ellos ven continuamente el rostro de mi Padre en los cielos". Jesús contesta a la pregunta de los discípulos acerca de quién es el más importante en el reino de los cielos. Lo hace de una manera intuitiva y práctica, poniendo en medio a un niño pequeño. Los verdaderos discípulos de Cristo deben ser como los niños que nada ambicionan y se contentan fácilmente con el puesto que se les señala. El pensamiento de Jesús pasa del niño al creyente de humilde condición, cualquiera que sea su edad. En efecto, recibir y socorrer a un pequeño o necesitado en nombre de Jesús, es decir, porque simboliza su dulzura y sencillez o porque viene de su parte, es recibir al mismo Jesús. Su dignidad es tal, que Jesús se identifica con él. En el último verso del Evangelio de hoy, Jesús vuelve de nuevo a recomendar con más razones la estima que se ha de tener a los pequeños, porque están puestos por Dios bajo la tutela de los Ángeles Custodios. Acerca de la existencia de estos ángeles y de su misión nos enseña el Catecismo de la Iglesia: "Desde la infancia a la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión. 'Cada fiel tiene tiene a su lado un ángel como protector para conducirlo a la vida' (S. Basilio)" (n.336). Señor Jesús, ayúdanos a descubrir la presencia de nuestro ángel custodio en los diversos momentos de nuestra existencia.

 

JUEVES, 3 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 10, 1-12.

"¡PONEOS EN CAMINO!".

 

"Designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino!  Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar por el camino...". Jesús designa un grupo de discípulos para enviarlos a los lugares donde pensaba ir él. La mies, que es abundante, le pertenece al Padre. Al ser mucha la mies aparece justificada la oración pidiendo más obreros. La antítesis entre lobos y corderos hay que referirla a la inocencia y sencillez apostólica comparada con la maldad y pasiones del mundo judío y pagano que han de poner en camino de conversión. A pesar de las dificultades, los discípulos han de ponerse en camino. Es necesario salir a los diversos lugares, para anunciarles allí la Buena Nueva. Jesús les pide que vayan ligeros de equipaje. Que no se detengan por el camino, sino que realicen diligentemente la tarea que se les ha confiado. El papa Francisco nos habla de una Iglesia en salida, que no se apoltrone en la comodidad. Como entonces la tarea del anuncio del reino de Dios no era fácil, tampoco lo es hoy. En un ambiente tan secularizado como el nuestro, es harto difícil proclamar el Evangelio. El hombre de hoy, que tiene todos los días a su alcance tantas noticias, no se muestra en general receptivo a la Buena Nueva que nos ha traído Jesucristo. Señor Jesús, que tus discípulos mostremos tu mensaje a las personas de hoy sobre todo con el testimonio de una vida entregada al amor a Dios y a los hermanos.

 

VIERNES 4 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 10, 13-16

"¡AY DE TI, COROZAÍN, AY DE TI BETSAIDA!"

 

Jesús amenaza a las ciudades impenitentes con estas palabras: "¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti". El evangelista afirma que Jesús había obrado muchos milagros en Corozaín y en Betsaida. A pesar de ello no se habían convertido. Los habitantes de estas dos ciudades son más dignos de castigo que los de Tiro y Sidón, porque habían recibido mayores gracias al escuchar el mensaje de Jesús sobre el Reino y presenciar sus milagros. Más todavía, afirma Jesús que, si aquellos gentiles hubiesen tenido esta dicha de que disfrutaron las ciudades de Galilea, tiempo ha que hubieran hecho penitencia de sus pecados. Separadamente y con frases aún más severas dirige Jesús sus quejas contra Cafarnaún. Esta ciudad privilegiada, elegida como centro de sus actividades apostólicas, donde había establecido su domicilio y en la que tantas veces había predicado y realizado prodigios, tampoco respondió al llamamiento de Jesús. ¿Qué hemos de aprender de estas amenazas de Jesús? Hemos de estar prontos a acoger el mensaje de Jesús. Nosotros, que conocemos la Buena Noticia de Jesús, hemos de celebrarla en los sacramentos y vivirla en la práctica de la caridad con los más necesitados. Seamos agradecidos por tantas gracias que hemos recibido del Señor Jesús y vivamos una actitud permanente de conversión.

 

SABADO 5 DE OCTUBRE DE 2024. Mt 7, 7-11

TEMPORASDE PETICION Y ACCIÓN DE GRACIAS. PEDID Y SE OS DARÁ.

 

Después de relatar la parábola del amigo importuno, con motivo de la oración de petición, Jesús dijo a sus discípulos: "Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué Padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?". Lo esencial de la parábola está en el hecho de que se logra lo que se pide. La aplicación solamente habla de que Dios, que es bueno, escucha la petición de sus hijos, y la escucha dándoles siempre cosas buenas. No se menciona explícitamente en ella la idea de constancia en el pedir o de la importunidad. La idea de la constancia existe, con todo, pero más implícita. A veces se cuestiona el sentido de la oración de petición. ¿Acaso no sabe Dios lo que necesitamos en nuestras vidas? Es indudable que Dios nos conoce por dentro y sabe de nuestras necesidades. Sin embargo, la oración de petición tiene su sentido. En primer lugar, esta oración nos hace sentir a Dios en nuestro corazón, sobre todo en los momentos más angustiosos. Además, en esta oración nos dirigimos a Dios con la confianza de los hijos. Pedir es orar desde la dificultad, con la seguridad de que vamos a encontrar consuelo para nuestra vida. Señor Jesús, enséñanos a orar; también cuando nos dirigimos al Padre con la oración de petición implícita.   

 

DOMINGO, 6 DE OCTUBRE de 2021. Mc 10,2-16.

"AL PRINCIPIO DE LA CREACIÓN DIOS LOS CREÓ HOMBRE Y MUJER".

 

Hoy es domingo, el día del Señor. En la primera lectura (Gén 2,18-24) de la Eucaristía de hoy se nos habla de la creación del hombre y de la mujer. El Creador se dice: "No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle a alguien como él, que le ayude". Las dos relaciones del hombre con Dios y con el mundo son ciertamente fundamentales, pero no bastan. El hombre no está aún completo. Adán necesita un tú humano. Un ser que le sea a la vez semejante y diferente; si fuese sólo semejante, réplica o doble, no sería su complemento; y si fuese sólo diferente, no sería su acompañante. El Señor Dios formó de la costilla, que había sacado de Adán, a la mujer. Se la presentó al hombre, a Adán. Este no puede encontrarse casualmente con ella; tiene que descubrirla, reconocerla y aceptarla libremente como su tú. La saluda con un himno de júbilo y acción de gracias. La acogida del hombre es tanto más libre cuanto que ha sido precedida por una ponderación y una repulsa de las otras posibilidades. En el Evangelio de hoy (Mc 10,2-16) Jesús nos recuerda el mismo texto del Génesis con estas palabras: "Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos , sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido no lo separe el hombre. En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio". Es evidente que vivimos momentos críticos  para la institución familiar. Hay modelos de familias que parecen tocar a su fin. Aparecen por doquier diversos modelos de convivencia familiar que se van abriendo camino en la legislación civil y en el común sentir y hacer de la sociedad actual. La Palabra de Dios nos muestra cuál fue el propósito de Dios para la humanidad en los orígenes de la creación. La unión entre el hombre y la mujer tiene su origen en el mismo corazón de Dios, que transmite el amor y nos confía el misterio de la vida. Los esposos son una sola carne bendecida por el amor para toda la vida. Estamos ante una vocación a formar comunidad. Este es el camino para regenerar la comunidad humana. 

 

LUNES, 7 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 1,26-38.

LA ANUNCIACIÓN A MARÍA

 

En el Evangelio que se proclama en la Eucaristía de hoy (Lc 1,26-38) se nos recuerda la anunciación a María. El anuncio se produce en la pequeña aldea de Nazaret. El evangelista presenta a María como prometida de José, de la casa de David. El ángel Gabriel dijo a María: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al Ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco varón? El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María contestó. He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra". A través de la mediación del ángel Gabriel, Dios se acerca a María y le ofrece ser la madre de su Hijo. Fijémonos en la contestación que María da a la propuesta del ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco varón?". La Virgen busca el modo, la manera de ser virgen y madre a la vez. Ella no pregunta por curiosidad. La cosa va con ella. El futuro le incumbe a ella: debe concebir y dar a luz ella. Ella es consciente de que no tenido relaciones conyugales. A la pregunta de María responde el ángel. María, sin conocer varón, quedará en estado, por obra del Espíritu Santo, que tiene poder de Dios, para quien nada es imposible. Al escuchar las palabras del ángel, María sabe decir sí a Dios, sin conocer muy bien adónde le llevaría su obediencia. María está dispuesta a practicar su fe. Está disponible para colaborar en el plan de Dios. Por la obediencia de María a la voluntad de Dios se abre para nosotros la  puerta de la salvación. Aunque María no pide ningún signo, como hizo Zacarías, se le ofrece una garantía de la autenticidad del mensaje: su parienta Isabel, que era estéril, va a dar a luz un hijo. Nosotros tenemos la oportunidad de escuchar diariamente la Palabra de Dios. Como la Virgen practiquemos dicha Palabra.

 

 

MARTES, 8 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 10, 38-42

MARÍA HA ESCOGIDO LA PARTE MEJOR

 

Acompañado de sus discípulos, Jesús entra en una aldea y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Marta tenía una hermana llamada María, "que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra". 'Sentarse a los pies', es una frase técnica para designar  a un discípulo que oye al maestro. María está atenta al mensaje de Jesús. Por su parte, "Marta se multiplicaba para dar abasto con su servicio; hasta que se paró y dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano". Marta iba de un sitio para otro, estaba afanada en el servicio. Se detuvo delante del Señor, para decirle ¿no te importa verme tan ocupada? Ella es consciente de que una palabra del Señor sería suficiente para que su hermana le ayudase en el servicio. Sin embargo, la respuesta del Señor va por otro lado: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán". La respuesta del Señor con la repetición del nombre: Marta, Marta, indica grande afecto. Pero, a la vez le hace ver que anda dividida. Está pendiente de varias cosas a la vez, cuando una sola es necesaria. Este Evangelio nos ayuda a discernir qué es la más importante: lo establecido por la ley y las prácticas de culto, o la acogida de la novedad del Reino. Es cierto que ambas hermanas son acogedoras. Ahora bien, Marta realiza lo que es 'normal', aquello que dictan las normas de la hospitalidad. Ella simboliza a quienes creen que basta con ser fieles a lo establecido. También María desempeña el deber de la acogida, pero de otro modo, en actitud de escucha atenta, como una verdadera discípula. Jesús declara que esta es la parte mejor que nadie podrá quitar al creyente. Es la misma lección que el Señor da en otras ocasiones, cuando dice que busquemos primero el reino de Dios y que todo lo demás se nos dará por añadidura; también cuando dice que su comida es hacer la voluntad del Padre que le ha enviado, y que su madre y sus hermanos son los que cumplen la voluntad de su Padre. En el libro de los Hechos se produce una situación similar: el servicio de la Palabra y el de la mesa. No se cuestiona la necesidad de este último, pero se pone de manifiesto que entre ambos servicios hay una jerarquía.

 

MIÉRCOLES 9 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 11, 1-4.

SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR.

 

"Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación". Los discípulos van descubriendo que Jesús es una persona que ora. Ellos contemplaban a Jesús cuando venía de orar. Ante el testimonio de Jesús orante, los discípulos le piden que les enseñe a rezar. Acerca del Padrenuestro se han ido publicando a lo largo de la era cristiana muchos comentarios. Es la oración por excelencia. Un regalo especial que nos ha dejado Jesús. Sin embargo, repetida una y otra vez por los cristianos puede convertirse en un rezo rutinario. Siempre es oportuno que nos detengamos de vez en cuando a reflexionar sobre esta oración en la que se encierra toda la vida de Jesús. Nos daremos cuenta de que solo la podemos rezar si permitimos que el Espíritu ore con nosotros. Estamos ante una oración que resume el Evangelio: Dios es Padre, santificamos su nombre con una vida justa, y él es origen del pan cotidiano, del perdón y de un futuro universal de paz. Dios está con nosotros frente a todo mal. Señor Jesús, enséñanos a rezar con sentido el Padrenuestro. 

 

JUEVES, 10 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 11, 5-13

"ES QUE EL REINO DE DIOS HA LLEGADO A VOSOTROS"

 

Con el motivo del exorcismo realizado por Jesús se produce una doble interpretación. Unos explican este hecho por la intervención de Belzebú, el príncipe de los demonios. Otros consideran insuficiente este milagro y piden una señal del cielo. Jesús, leyendo los pensamientos de esta gente, les dijo: "Todo reino en guerra civil va la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros". La respuesta de Jesús representa un dilema conocido: el demonio no se puede echar sino con el poder superior, bien sea de otro demonio superior, bien del mismo Dios. Si en el caso de Jesús no se admite el poder de Dios, es que tiene el poder deotro demonio superior, y así resulta que los demonios estás divididos y se destruyen a sí mismos. Si el reino de Dios ha empezado con Cristo, que muestra su poder en la derrota de Satanás, ha llegado la hora en que no cabe la neutralidad. Jesús con el poder de Dios va recogiendo en torno a sí las ovejas de Dios. Como dice Jesús, el que no recoge conmigo desparrama. Es, pues, necesario, si queremos entrar en la dinámica del Reino, vivir en comunión con Cristo. 

 

VIERNES, 11 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 11,15-26.

"ES QUE EL REINO DE DIOS HA LLEGADO A VOSOTROS"

 

Con el motivo del exorcismo realizado por Jesús se produce una doble interpretación. Unos explican este hecho por la intervención de Belzebú, el príncipe de los demonios. Otros consideran insuficiente este milagro y piden una señal del cielo. Jesús, leyendo los pensamientos de esta gente, les dijo: "Todo reino en guerra civil va la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros". La respuesta de Jesús representa un dilema conocido: el demonio no se puede echar sino con el poder superior, bien sea de otro demonio superior, bien del mismo Dios. Si en el caso de Jesús no se admite el poder de Dios, es que tiene el poder de otro demonio superior, y así resulta que los demonios estás divididos y se destruyen a sí mismos. Si el reino de Dios ha empezado con Cristo, que muestra su poder en la derrota de Satanás, ha llegado la hora en que no cabe la neutralidad. Jesús con el poder de Dios va recogiendo en torno a sí las ovejas de Dios. Como dice Jesús, el que no recoge conmigo desparrama. Es, pues, necesario, si queremos entrar en la dinámica del Reino, vivir en comunión con Cristo. 

 

SÁBADO, 12 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 11,27-28.

"MEJOR, DICHOSOS LOS QUE ESCUCHAN LA PALABRA DE DIOS..."

 

Hoy celebramos la fiesta de Nuestra Señor del Pilar. Refiriéndose a la Virgen, nos dice el Evangelio: "Mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron. Pero él repuso: Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen". El Evangelio, en pocas palabras, nos señala la clave para vivir con autenticidad la fe cristiana. Se trata de abrir nuestro corazón a la palabra de Dios, reflexionarla e interionizarla en la oración y practicarla en la vida de todos los días. He aquí lo que hizo la Virgen, nuestra madre. El 6 de noviembre de 1982, San Juan Pablo II vino como peregrino a postrarse ante la Virgen del Pilar, signo de la Iglesia peregrina del todo el mundo, a ponerse bajo la protección de la Madre, a alentar a todos los españoles en su arraigado amor mariano, a dar gracias a Dios por la presencia singular de María en el misterio de Cristo y de la Iglesia en tierras españolas, y a depositar en sus manos y en su corazón el presente y el futuro de la nación y de la Iglesia en España. Para el Papa, el Pilar y su tradición evocan para nosotros los primeros pasos de la evangelización de España: "Un aspecto característico -dirá el papa- de la evangelización de España es su profunda vinculación a la figura de María. Por medio de ella, a través de muy diversas normas de piedad, ha llegado a muchos cristianos la luz de la fe en Cristo, Hijo de Dios y de María. ¡Y Cuántos cristianos viven hoy su comunión de fe eclesial sostenidos por la devoción a María, hecha así columna de esa fe y guía segura hacia la salvación!".  Señora y Madre nuestra, Virgen del Pilar, sé Tú siempre nuestro amparo seguro en el camino de la fe. 

 

 

DOMINGO, 13 DE OCTUBRE DE 2021. Mc 10,17-30.

"...ÉL FRUNCIÓ EL CEÑO Y SE MARCHÓ PESAROSO..."

 

Hoy es domingo, el día del Señor. En el Evangelio de hoy se nos narra el encuentro de Jesús con el joven rico. Mientras iba Jesús de camino se le acercó alguien corriendo, se arrodilló y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre. Él replicó: Maestro, todo eso lo he cumplid desde pequeño. Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme. A estas palabras, el frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico...". Aquel joven debía saber que el camino para llegar a la vida eterna era el cumplimiento de la ley. Pero sin duda, como se ve por el contexto, esto no le bastaba, y aspiraba a algo más. Jesús miró con cariño a aquel joven que desde pequeño había cumplido los mandamientos. En este caso concreto, Jesús le pide que dé un paso más: renunciar a todos sus bienes en favor de los pobres y luego que le siga. Es conveniente advertir que estamos ante la única narración de los evangelios en que un mandato de Jesús de seguirle es tácitamente rehusado. Lo que prescribe Jesús choca, sin duda, con las ideas que el rico está acostumbrado a leer en la Sagrada Escritura, que las riquezas son una bendición de Dios concedida a los justos. En cambio, ahora se le presenta un programa de justicia sin riquezas. Señor Jesús queremos seguirte ligeros de equipaje. No hemos de poner nuestro corazón en las riquezas. Para cumplir tu voluntad, es imprescindible centrar nuestra persona en tu voluntad. Tú nunca te dejas ganar en generosidad.

 

LUNES, 14 DE OCTUBRE DE 2021. Lc 11,29-32.

"PIDE UN SIGNO, PERO...".

 

En aquel tiempo, "la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás". Algunos contemporáneos de Jesús le piden que realice un signo portentoso. Los milagros admiran, pero no convierten el corazón. Jesús siempre se niega a realizar tales signos. Quien no se convierte al escuchar la palabra de Dios no lo va a hacer, aunque resucite un muerto. A sus contemporáneos (Jesús les califica como generación malvada) que no le aceptan, Jesús opone los paganos que aceptaron en el pasado la sabiduría de Salomón y la predicación de Jonás. En Jesús se nos revela, por tanto, alguien que es más grande que Salomón o Jonás. Realmente puede creer el que conoce a Jesús, el que se abre de corazón a Dios, el que se deja cambiar por él. No le pidamos a Jesús milagros para creer, pidámosle que nos abra el corazón, que nos ayude a ver el tesoro de su Reino. No hemos de preguntar por ningún otro signo sino escuchar la predicación de Jesús y convertirnos. Así lo hicieron los habitantes de Nínive ante la palabra de Jonás. La salvación de Dios se ha abierto al mundo entero. En efecto, la salvación que anuncia Jesús es católica y universal.

 

MARTES,  15 DE OCTUBRE DE 2024. Mt 11,25-30.

FIESTA DE SANTA TERESA DE JESÚS

 

En aquel tiempo, "tomó la palabra Jesús y dijo: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera". En este texto evangélico aparece recogida una oración de acción de gracias de Jesús al Padre por su éxito con la gente sencilla de Galilea y por su fracaso entre los maestros de la ley, escribas y sacerdotes. Jesús está contento. Esta es la manera que tiene Dios de revelar su designio de salvación. La gente sencilla, los que, humanamente hablando, no tienen acceso a grandes conocimientos, se muestran abiertos a Dios con corazón limpio, sin prejuicios. Están dispuestos a dejarse enseñar por los gestos y las palabras de Jesús. Por el contrario, los sabios según el mundo, se cierran al mensaje salvador de Jesús. Su corazón endurecido les impide abrirse a la revelación del Padre a través de su Hijo. Al final de su oración, Jesús nos hace una invitación que nos llena de consuelo. Él quiere aliviarnos: "Yo os aliviaré". Jesús nos exige lo esencial: el amor que libera y hace vivir. Jesús no complica la vida, la hace más simple. Hoy celebramos la fiesta de Santa Teresa de Jesús. Hablando de Jesús como el 'amigo verdadero', Santa Teresa exclama: "¡Oh, quién diese voces por él, para decir cuán fiel sois a vuestros amigos! Todas las cosas faltan; Vos, Señor de todas ellas, nunca faltáis..." (Vida 25,17-18). Santa Teresa experimentó con gozo el Evangelio que hoy proclamamos en la Eucaristía.

 

MIÉRCOLES, 16 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 11,42-46.

REPULSA DEL COMPORTAMIENTO DE FARISEOS Y MAESTROS DE LA LEY.

 

Jesús denuncia con valentía el comportamiento de los fariseos y de los maestro de la Ley. Les dice: "¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!  Esto habría que practicar sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo! Un maestro de la Ley intervino y le dijo: Maestro, diciendo esto nos ofendes también a nosotros. Jesús replicó: ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!". Ante la forma de comportarse y de interpretar la Ley que tenían los fariseos y los letrados, Jesús no se calla; al contrario, en aras de la verdad, denuncia con toda claridad susdefectos. Los fariseos, mientras están pendientes de las cosas más pequeñas e intrascendentes, pasan por alto el derecho y el amor de Dios. Además, los fariseos son vanidosos, buscan el aplauso de la gente y les encanta estar sentados en los asientos de honor. Son como tumba sin señal que la gente pisa sin saberlo. Ante las diatribas contra los fariseos, un maestro de la Ley interviene para mostrarle que ellos también se sienten aludidos y, por tanto, ofendidos. Jesús les echa en cara su incoherencia: cargar la conciencia de los demás con grandes cargas, pero ellos no cumplen la Ley. Señor Jesús, perdona también nuestras incoherencias. ¡Cuantas veces nuestras obras no responden a lo que decimos y pensamos! 

 

JUEVES 17 DE OCTUBRE DE 2021. Lc 11,47-54.

¡AY DE VOSOTROS, QUE EDIFICÁIS MAUSOLEOS…

 

"Dijo el Señor: ¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres! Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros les edificáis mausoleos. Por eso dijo la Sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y apóstoles: a algunos de ellos los matarán y perseguirán; y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario(...). ¡Ay de vosotros, maestros de la ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido! Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarlo con alguna palabra de su boca". El Evangelio de hoy continúa la llamada de atención a los representantes del judaísmo. Jesús critica también a los doctores de la ley. Es verdad que estos doctores pretendían ser los continuadores de los profetas y los sabios del Antiguo Testamento. De hecho veneraban a los grandes profetas construyéndoles mausoleos. Pero de hecho, muchos de sus antecesores habían rechazado a los profetas y este rechazo alcanza su punto culminante en la muerte de Jesús, el auténtico heredero de la tradición profética. En el texto se citan el primero asesinato: el de Abel (Gén 4,1-16) y el último: el de Zacarías (2Cr 24,20-21). No hay que olvidar que en los comienzos de la vida de la Iglesia, Esteban será apedreado por acusar a Israel de haber asesinado  a sus profetas (Hec 7,52-54). Como consecuencia de estas críticas de Jesús, la animosidad de los líderes judíos crece y se pone de manifiesto buscando cómo hacerle caer en alguna trampa. Vivimos una época marcada por el laicismo. Ante esta realidad, los cristianos hemos de ofrecer nuestro testimonio consistente en una vivencia de fraternidad y de acogida. Así lo hacía Jesús con aquellos que se acercaban a él. 

 

VIERNES, 18 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 10,1-9.

"¡PONEOS EN CAMINO!".

 

En aquel tiempo, "designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: Paz a esta casa. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa. Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: El Reino de Dios ha llegado a vosotros". Hoy celebramos la fiesta de San Lucas evangelista. Precisamente en este relato evangélico, san Lucas recoge una importante exhortación de Jesús dirigida no a los Doce, sino a un grupo numeroso de discípulos a los que envía para que colaboren en el proyecto del Reino de Dios. Las palabras de Jesús constituyen una especie de carta fundacional en la que sus seguidores han de inspirar su tarea evangelizadora. Jesús dice a sus discípulos: "Poneos en camino". Es una verdad de ayer, de hoy y de siempre: La Iglesia está marcada por el envío de Jesús. El papa emérito Benedicto XVI  nos dice que la Iglesia no está ahí para ella misma, sino para la humanidad. El papa Francisco nos habla de una Iglesia en salida. Esto solo es posible si vivimos una conversión personal y pastoral. Los discípulos de Jesús hemos de desechar la tentación de plegarnos sobre nosotros mismos. La Iglesia nace para evangelizar. Esto conlleva predicar el Evangelio del Reino y sanar toda enfermedad y dolencia. Esta Buena Noticia de Jesús se comunica  con respeto y con una actitud amistosa y fraterna, contagiando paz. Al entrar en una casa, hemos de decir en primer lugar: Paz a esta casa. Para recorrer el camino de la evangelización, hemos de ir ligeros de equipaje. Jesús nos dice: "No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias". San Lucas evangelista  vivió la tarea evangelizadora y nos dejó la memoria de la vida y del mensaje de Jesús  (Evangelio) y de los primeros pasos de la Iglesia anunciando el Evangelio (Hechos de los Apóstoles).

 

 

SÁBADO 19 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 12,8-12. 

"SI UNO SE PONE DE MI PARTE DELANTE DE LOS HOMBRES..."

 

Jesús habla de este modo a sus discípulos sobre la confesión de la fe y sobre la blasfemia contra el Espíritu Santo: "Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir". Jesús pide a sus discípulos permanecer en la fe recibida. Se trata de confesar abiertamente lo que somos: discípulos de Cristo. Ante Cristo cada uno de nosotros tenemos que tomar postura. No vale un término medio. San Juan Pablo II nos decía acerca de la blasfemia contrael Espíritu Santo: "La blasfemia no consiste en el hecho de ofender con palabras al Espíritu Santo; consiste en el rechazo de aceptar la salvación que Dios ofrece al hombre por medio del Espíritu Santo, que actúa en virtud del sacrificio de la cruz. Si Jesús afirma que la blasfemia contra el Espíritu Santo no puede ser perdonada, es por el rechazo radical de convertirse. La blasfemia contra el Espíritu Santo es el pecado cometido por el hombre que reivindica un pretendido 'derecho' de perseverar en el mal -en cualquier pecado- y rechaza así la redención". En efecto, la blasfemia contra el Espíritu Santo supone la resistencia y renuncia a la salvación. Señor Jesús, queremos estar siempre abiertos a la salvación que nos  ofreces siempre. 

 

DOMINGO, 20 DE OCTUBRE DE 2024. Mc 10,35-45.

"¿QUÉ QUERÉIS QUE HAGA POR VOSOTROS?"

 

Hoy es domingo el día del Señor. En el Evangelio de hoy (Mc.10,35-45) aparecen los dos hijos del Zebedeo, Santiago y Juan, suplicándole a Jesús: "Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir. Les preguntó: ¿Qué queréis que haga por vosotros? Contestaron: Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús replicó: No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar? Contestaron: Lo somos. Jesús les dijo: El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado. Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan...". La petición de los dos hijos de Zebedeo y el enfado de los otros diez ante tal petición manifiestan que los discípulos de Jesús buscaban situarse bien en el futuro reino de Jesús. Ninguno de ellos había comprendido lo que realmente es importante en el Reino de Dios. Por eso Jesús aprovecha esta circunstancia, para dejarles claro que lo decisivo en el Reino es la actitud de servicio. Jesús pudo decirles esto, porque Él mismo estaba viviendo hasta el extremo el espíritu de servicio. Jesús había venido en carne mortal para servir y dar su vida en rescate por todos. Como discípulos de Jesús hemos de preguntarnos: ¿Qué es lo que estamos buscando al vivir como cristianos? ¿Cuál es nuestra intención profunda a la hora de actuar? Hoy celebramos la jornada del Domund. Ser cristianos es ser misioneros donde nos encontremos. Se trata de proponer la fe cristiana con nuestras obras y palabras. Transmitir en nuestro ambiente la alegría del Evangelio. Si así lo hacemos, estamos prestando el servicio que más necesita nuestro mundo.

 

 

LUNES, 21 DE OCTUBRE DE 2024.  Lc 12, 13-21

"GUARDAOS DE TODA CLASE DE CODICIA"

Uno del público dijo a Jesús: "Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia. Él el contestó: Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?". En tiempo de Jesús, en Oriente era frecuente acudir a una autoridad religiosa aun para cuestiones temporales, y los rabinos intervenían con facilidad. Jesús se niega a tomar parte en un asunto terreno. Aprovechando esta circunstancia, Jesús dijo a la gente: "Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes". Con esta advertencia de Jesús comienza el tema central de la parábola: El afán de riquezas es una necedad, porque la vida temporal no se funda ni depende de ellas. Para mostrar esta realidad, Jesús les propuso esta parábola: "Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha. Y se dijo: Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida". El protagonista de la parábola es ya un rico, pero no se sacia. En el soliloquio se retrata a sí mismo. Seguro de sí, planea para el futuro goces sin medida. No interesa tanto su egoísmo o su afán de placeres. Lo que se resalta en su retrato es la seguridad que se promete para el futuro. Entonces, interviene Dios y le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será? Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios". Dios es el dueño absoluto de la vida e interviene con sus planes. Dios reclama la vida, que le había prestado. La pregunta que Dios hace sobre la suerte de los bienes acumulados tiende a poner de relieve la necedad del rico. Poco importa que los bienes pasen a manos de sus hijos; lo que importa es que el propio rico no los va a gozar. En la parábola se pone de manifiesto la vanidad de los afanes y proyectos del rico. En la conclusión de la parábola se destaca por un lado la vanidad de las riquezas mundanas, y por otro, la solidez de las riquezas espirituales.  

 

MARTES, 22 DE OCTUBRE DE 2021. Lc 12,35-38.

VIVIR ATENTOS

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tended ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos". Jesús insiste con frecuencia en la necesidad de vivir vigilantes. Dios llega siempre a nuestras vidas como algo nuevo que nos ayuda a crecer como personas y en la sociedad. La actitud vigilante nos libera del sinsentido que domina a las personas que caminan por la vida sin meta ni objetivo alguno. La llamada de Jesús a no vivir dormidos nos impulsa a despertar de la indiferencia, la pasividad o el descuido con que vivimos con frecuencia nuestra fe. Lo decisivo es que estemos a punto para abrirle la puerta al Señor cunado nos llame. En ese momento no se sentará él a la mesa para que le sirvamos, sino que nos mandará sentarnos y nos servirá él a nosotros. Solo quien ama vive intensamente, con alegría y vitalidad, despierto a lo esencial. Bienaventurados nosotros si vivimos atentos a la llegada diaria de Dios a nuestras vidas. Estaremos prontos para amarle a él y a los hermanos. 

 

MIÉRCOLES, 23 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 12,39-48.

"ESTAD PREPARADOS".

 

Por aquel entonces, Jesús dijo a sus discípulos: "Comprended que si su supiera el dueño de la casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos? Y le Señor le dijo: ¿Quién el administrador fiel y prudente a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Bienaventurado aquel criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si aquel criado dijere para sus adentros: Mi amo tarda en llegar, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el amo de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles...".  Jesús se dirige a sus discípulos. Estos le preguntan acerca del sentido de la parábola y si va dirigida a todos o solo a ellos. Jesús les contesta invitando a todos a la vigilancia. Nosotros no somos dueños de los bienes de Dios; somos simples administradores. Es sorprende la insistencia con que Jesús nos llama a la vigilancia. Esta llamada nos urge a despertar de nuestras inercias, de nuestros olvidos y de nuestras distracciones. Es muy fácil vivir adormilados. Basta con hacer lo que hacen casi todos: imitar, amoldarnos, ajustarnos a lo que se lleva. No es fácil despertar a la vigilancia. La vida nos va enseñando que para vivir despiertos es importante vivir más despacio, cuidar mejor el silencio y estar atentos a las llamadas del corazón. Sin duda lo más decisivo es vivir amando. Tan solo el que ama vive intensamente, con alegría y vitalidad, despierto a lo esencial. El que vive de este modo es realmente el administrador fiel y solícito. Esta es la forma de vivir que Jesús nos pide mientras estemos en este mundo. El Señor nos ofrece a todos esta oportunidad. Hemos de aprovecharla en cada circunstancia de nuestra existencia terrena. Vivamos, pues, con lucidez y responsabilidad, sin caer en la pasividad o el letargo. Señor Jesús, danos la gracia de mantener encendida la lámpara recibida en el Bautismo. 

 

Jueves, 24 de octubre de 2024. Lc 12,49-35.

"HE VENIDO A PRENDER FUEGO A LA TIERRA"

 

Por aquel entonces, Jesús dijo a sus discípulos: "He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! ¿pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra". Jesús habla a sus discípulos del fuego que él ha traído a la tierra. ¿Qué significa el fuego en la Palabra de Dios? El fuego aparece como el signo de la presencia de Dios, ya que el fuego purifica lo malo, da calor en el frío e ilumina en medio de la oscuridad. Además, el fuego expresa el ardor de un corazón que ama de verdad. Por los caminos de su tierra, Jesús se esforzaba por contagiar el 'fuego' que ardía en su corazón. En lo profundo de su corazón Jesús lleva el fuego del amor hasta el extremo que él deseaba extender por toda la tierra. Este fuego que arde en su interior es la pasión por Dios y la compasión por los que sufren. Nuestra experiencia nos va mostrando que cuando sentimos a Dios como Padre y a todos los hombres como hermanos, cambia nuestra forma de entender la vida. Sin duda, existe mucha pirotecnia en la cultura de entretenimiento. De este fuego no habla Jesús. En el corazón de Jesús todo es fuego auténtico no de artificio. Que nuestro corazón se vaya pareciendo al de Jesús.  

 

VIERNES, 25 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 12,54-59.

"¿CÓMO NO SABÉIS INTERPRETAR EL TIEMPO PRESENTE?"

 

Por aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: "Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: Va a caer aguacero, y así sucede. Cuando sopla el sur decís: Va a hacer bochorno, y sucede. Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo? Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que pagues la última monedilla". En tiempos de Jesús los judíos, sin contar con referencias técnicas de previsión como las actuales, sin embargo estaban acostumbrados a leer e interpretar  los signos del cielo, a fin de saber qué tiempo haría al día siguiente. Jesús aprovecha esta circunstancia, para invitarles a interpretar el tiempo presente. En esta misma línea, el concilio Vaticano II enseña: "Para cumplir esta misión, es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua relación de ambas. Es necesario, por ello, conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramático que con frecuencia le caracteriza" GS n.4). Hemos de ser expertos a la hora de hacer  una lectura creyente de los signos de los tiempos. Señor Jesús, ayúdanos a contemplar nuestro mundo con una mirada creyente.

 

SÁBADO, 26 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 13,1-9.

"... SI NO OS CONVERTÍS, TODOS PERECERÉIS LO MISMO".

 

Por aquel entonces, "se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió: ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera. Y les dijo esta parábola: Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto de esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno? Pero el viñador respondió: Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar".  En tiempos de Jesús, los judíos pensaban  que morir degollado por la espada de Pilato o aplastado por las piedras de una torre era un castigo divino. Jesús no solo no acepta este razonamiento, sino que nos llama a la conversión. A esto mismo viene a responder la parábola de la  'higuera estéril'. Jesús quería desbloquear la actitud indiferente de quienes le escuchaban, sin responder prácticamente a su llamada. Después de varios años de esterilidad de la higuera, el dueño toma la decisión de cortarla. Contra toda sensatez, el viñador propone hacer todo lo posible para salvarla. En efecto, sostenida por el amor, la confianza y la solicitud de su cuidador, la higuera queda invitada a dar fruto. No cabe la menor duda que el riesgo más grave que nos amenaza es terminar viviendo una vida estéril. El ateísmo práctico, que nos está invadiendo, nos  lleva a una cultura de la intrascendencia. Dicho de otra forma, vivir de manera estéril significa no entrar en el proceso creador de Dios. Preguntémonos con sinceridad, si estamos pasando la vida sin trabajar para hacerla un poco más humana. Como cristianos, lo decisivo es permanecer en Cristo y da fruto en el momento actual, sin dejarnos llevar por la nostalgia del pasado ni por la incertidumbre del futuro

 

DOMINGO, 27 DE OCTUBRE DE 2024. Mc 10,46-52.

"MAESTRO, QUE RECOBRE LA VISTA"

 

Hoy es domingo, el día del Señor. En la primera lectura (Jr 31,7-9) el profeta Jeremías describe la liberación del pueblo de Israel. Aquel pueblo experimentó  el amor de Dios al ser liberado del destierro. El Señor lo condujo de nuevo a su tierra: "Vendrán todos llorando, y los guiaré entre consuelos". En aquella gente se hacen realidad las palabras del salmista (Sal 125): "El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres". Tal como nos dice el Evangelio de hoy (Mc 10,46-52) en Jesucristo alcanzamos la plenitud de la salvación. Al salir de Jericó Jesús con sus discípulos y mucha gente " un mendigo ciego, Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí. Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: Hijo de David, ten compasión de mí. Jesús se detuvo y dijo: Llamadlo. Llamaron al ciego, diciéndole: Ánimo, levántate, que te llama. Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: ¿Qué quieres que te haga? El ciego le contestó: Rabbuní, que recobre la vista. Jesús le dijo: Anda, tu fe te ha salvado. Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino". A pesar de su ceguera, Bartimeo, al oír que pasaba Jesús, comienza a gritarle una y otra vez: Ten compasión de mí. Es el primer paso para alcanzar la salvación. El ciego sigue en el suelo, lejos de Jesús, pero escucha atentamente lo que le dicen sus enviados: "Ánimo, levántate, que te llama". Inmediatamente, Bartimeo da tres pasos que van a cambiar su vida. Primero arroja el manto, pues le estorba para encontrarse con Jesús. Luego, da un salto decidido. De este modo se acerca a Jesús. Cuando Jesús le pregunta que quiere de él, el ciego no duda. Tiene muy claro lo que necesita: "Maestro, que recobre la vista". Jesús al ver la fe que tenía, le da la vista y el ciego le sigue por el camino. Cada uno de nosotros hemos de reconocernos en este ciego. Siempre necesitamos de la luz de la fe. Como entonces, Jesús está dispuesto a escuchar nuestro grito. No puede seguir su camino ignorando nuestras dificultades. Él se detiene, hace que todo el grupo se pare y les pide que llamen al ciego. Si vivimos a fondo nuestra fe, cada uno de nosotros no podemos caminar tras él sin escuchar las llamadas de los que sufren. Ellos están en nuestro camino y piden ayuda y compasión. Señor Jesús, aumenta nuestra fe, para que podamos seguirte.

 

LUNES, 28 de octubre de 2024. Lc 6,12-19

 "ESCOGIÓ A DOCE DE ELLOS..."

 

Hoy celebra la Iglesia la fiesta de los apóstoles S.Simón y S. Judas. Precisamente el Evangelio de hoy nos recuerda la elección de los Doce con estas palabras: "Subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo...Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades...". Es interesante el dato de la oración de Jesús, que precede inmediatamente a la elección. Jesús va a realizar un acto muy importante: la elección de los Doce. Pasó la noche orando a Dios. ¡Qué lección nos da Jesús! Preparar los grandes acontecimientos en un clima reposado de oración. Por la mañana, después de reunir en torno suyo a los discípulos, escoge entre ellos a doce, que llamó apóstoles. Jesús los elige para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar. En la convivencia diaria irán conociendo al Maestro, aprenderán de él lo que significa el Reino de los cielos, contemplarán los signos que Jesús va realizando  e irán descubriendo la misión que les aguarda en el futuro. El grupo de los Doce tuvo una misión no sólo importante, sino única. Constituyen el núcleo inicial del nuevo Pueblo de Dios. El número doce nos recuerda las doce tribus de Israel. Señor Jesús creemos que la Iglesia es realmente apostólica. 

 

 

MARTES, 29 DE OCTUBRE DE 2024. Lc 13,18-21.

ALGO PEQUEÑO QUE LLEGA A SER GRANDE

 

En aquel tiempo, Jesús decía: "¿A qué es semejante el Reino de Dios o a qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas. Y dijo de nuevo: ¿A qué compararé el Reino de Dios? es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó". Al final de la primera etapa del viaje a Jerusalén, y como resumen de las instrucciones que en ella se recogen, Jesús nos habla del Reino de Dios utilizando las parábolas del grano de mostaza y de la levadura. Ambas parábolas nos hablan de algo pequeño que llega a ser grande. Son distintas, pero se complementan. El grano de mostaza es, en efecto, una de las semillas más pequeñas y, sin embargo, de él brota un arbusto donde los pájaros pueden anidar. Por su parte, la levadura hace crecer a la masa que la rodea y ella desaparece en el pan que comemos. Sabemos cómo el Reino de Dios se ha iniciado y está presente en las palabras y en los gestos de Jesús. Su plenitud se revelará en la venida gloriosa  del Señor resucitado. De ahí que Jesús pida a sus discípulos que oren para que venga el Reino. Como enseña el concilio Vaticano II, "la Iglesia recibe la misión de anunciar el Reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese Reino. Y, mientras ella paulatinamente va creciendo, anhela simultáneamente el Reino consumado y con todas sus fuerzas espera y ansía unirse con su Rey en la gloria" (LG n.5). Señor Jesús, ayúdanos a conocer y experimentar la fuerza del Reino de Dios presente en el tejido de nuestro mundo. 

 

MIÉRCOLES, 30  DE OCTUBRE DE 2024. Lc 13,22-30.

"...ENTRAR POR LA PUERTA ESTRECHA".

 

De camino hacia Jerusalén, Jesús iba enseñando en las aldeas y en las ciudades. "Uno le preguntó: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Él les dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar  y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: Señor, ábrenos; pero él os dirá: No sé quiénes sois. Entonces comenzaréis a decir: Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas. Pero él os dirá: No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos". Jesús recorre ciudades y aldeas enseñando. De pronto, un desconocido interrumpe su marcha y le pregunta por el número de los que se salvarán. Jesús no responde directamente a esta pregunta. Lo importante no es saber cuántos se salvarán. Lo fundamental es acoger de modo responsable la salvación que Dios nos ofrece. En efecto, la salvación no es algo que se recibe de modo irresponsable de un Dios permisivo. Ni es tampoco el privilegio de algunos elegidos. Para darnos cuenta de lo que significa la invitación 'entrar por la puerta estrecha', es conveniente recordar aquellas palabras de Jesús: "Yo soy la puerta; si uno entra por mí será salvo" (Jn 10,9). En consecuencia, entrar por la puerta estrecha es seguir a Jesús; aprender a vivir como él; tomar su cruz y confiar en el Padre, que lo ha resucitado. Se trata, pues, de responder al amor del Padre con fidelidad. Lo que Jesús nos pide no es un rigorismo legalista, sino amor radical a Dios y al prójimo. La vida diaria nos va mostrando que el amor auténtico exige renunciar a egoísmos, envidias y resentimientos. Sencillamente  sin renuncia no se gana esta vida ni la eterna. Señor Jesús, muéstranos tus caminos y danos tu salvación.

 

JUEVES 31  DE OCTUBRE DE 2024. Lc 13, 31-35

BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR"

 

La persona y las obras de Jesús resultan muy incómodas, sobre todo para clase dirigente religiosa y civil. En efecto, unos fariseos se acercaron a Jesús para decirle: "Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte. Él contestó: Id a decirle a ese zorro: Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término. Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén". La advertencia la hacen 'unos fariseos', que no debían desear cosa buena para Jesús. Cabe que los fariseos quisieran que Jesús se marchase a otra parte. Jesús, al calificar a Herodes de zorro, está indicando que no se deja engañar por nadie y que tiene su plan bien definido. La expresión 'hoy y mañana' indica que le queda todavía algún tiempo para ejercer su ministerio. 'Pasado mañana' (al tercer día) señala el final. Alude a su muerte y pasión. Jesús debe partir para Jerusalén, porque allí va a morir. Seguidamente, Jesús prorrumpe de este modo contra Jerusalén: "¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo sus alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía. Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: Bendito el que viene en nombre del Señor". La repetición del nombre de Jerusalén indica un afecto y amor despreciado. Jerusalén rechaza y mata a los enviados de Dios. La imagen de la gallina extendiendo sus alas se usa en el AT. para simbolizar las protección divina (Dt.32,11; Is.3,15). Es también frecuente en los salmos. Señor Jesús, quédate con nosotros, necesitamos que nos acompañes en el camino de la vida.